La sonrisa es específica de la especie humana. Hasta donde sabemos, no hay ningún otro animal capaz de generar esta preciosa expresión. Los bebes, alrededor de la quinta semana, empiezan a sonreír para asegurarse de que su madre responde a sus deseos y permanece a su lado. A lo largo de la vida continuamos utilizando la sonrisa para mostrar que nos causa placer estar en la compañía de otras personas y de que no tenemos intención de perjudicarles.
La boca (labios, dientes y encías) y los ojos son los protagonistas principales de la sonrisa. Al sonreír, la mayoría de las personas muestran los dientes anteriores y la encía que los cubre, en grados variables. Unos dientes desordenados o en un estado pobre de salud tendrán al sonreír un efecto negativo en toda la expresión facial. Cuántas veces hemos comprobado que una sonrisa pobre desmerece una cara por lo demás armónica y bella. O al contrario, cómo unos dientes bien alineados y en salud acrecentan la belleza de una cara.